La edición de las 500 Millas de Indianápolis fue una auténtica montaña rusa de emociones, marcada por la lluvia, múltiples accidentes y una actuación de alarido del mexicano Pato O’Ward, quien peleó hasta donde pudo, mientras Alex Palou emergía como líder en las vueltas finales.
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La orden de “Caballeros, enciendan sus motores” tuvo que esperar. Una lluvia ligera obligó a retrasar el programa, que incluía un breve calentamiento de motores antes del rugido inicial.
¡Drama Antes de Empezar! McLaughlin Contra el Muro
El neozelandés Scott McLaughlin, de Penske, ni siquiera vio la bandera verde. Mientras calentaba neumáticos en una pista húmeda, perdió el control de su auto número tres y se estrelló contra el muro interno antes de la entrada a pits. Su sueño terminó antes de comenzar.
Finalmente, ondeó la bandera verde, pero la calma duró poco. Tras seis vueltas en amarilla, Robert Shwartzman mantuvo la punta desde la pole, con IndyCar Pato O’Ward segundo y Takuma Sato tercero. Sin embargo, un contacto en la parte trasera del pelotón involucró a Jack Harvey y Marco Andretti. El auto del nieto de Mario terminó contra el muro en la curva uno, obligando a otra neutralización. Estos impactos en óvalos pueden ser brutales, y aunque los autos son seguros, nadie quiere probar la dureza del concreto o de un muro de llantas.
Pato O’Ward Prueba el Liderato
En el reinicio de la vuelta 10, ¡IndyCar Pato O’Ward aprovechó y se puso líder! Sato también rebasó a Shwartzman. Una vuelta después, el japonés le arrebató la punta al mexicano. Mientras tanto, los Penske de Newgarden y Power remontaban desde el fondo.
En la vuelta 18, con Sato líder seguido por Pato, la lluvia regresó, obligando a una nueva bandera amarilla. Correr en óvalo con lluvia es imposible; el agarre desaparece y los accidentes son inminentes.
Primera Parada en Pits Peligrosa para O’Ward
Con la amarilla, los líderes entraron a pits. Pato O’Ward vivió momentos de tensión, casi tocándose con Felix Rosenqvist y Marcus Ericsson. Shwartzman y Scott Dixon también tuvieron problemas con paradas lentas. Alexander Rossi tomó el liderato al no detenerse. Con estrategias diferentes, Pato cayó al décimo puesto.
Al reanudarse en la vuelta 30, se armó un enredo. Pato O’Ward perdió cinco posiciones, cayendo al decimoquinto, aunque luego recuperó hasta el 13º, atorado detrás de Santino Ferrucci. Cuando los desfasados entraron a pits, IndyCar Pato regresó al Top 6.
Otra detención en pits bajo bandera verde fue un calvario para Pato, quien perdió posiciones hasta caer al decimocuarto. Aunque recuperó dos lugares rápidamente, la lentitud en su parada lo dejó a medio pelotón.
Más Incidentes y Caos en Pits
Rinus Veekay se salvó de un fuerte accidente al quedarse sin frenos en la entrada a pits en la vuelta 81. Luego, en la vuelta 87, una entrada masiva a pits bajo amarilla provocó varios incidentes. Robert Shwartzman entró pasado y golpeó a sus mecánicos, prensando levemente a uno contra la pared; tuvo que abandonar. Sato también tuvo una parada fallida al pasarse de su cajón.
Relanzamiento Accidentado: Larson Fuera y a la NASCAR
El reinicio fue una locura. Kyle Larson, intentando el doblete Indy 500 Coca-Cola 600, se tocó con Kyffin Simpson, quien a su vez rozó a Sting-Ray Robb. Los tres terminaron contra el muro, permitiendo a Larson volar a Charlotte. En esta confusión, IndyCar Pato O’Ward cayó al lugar 12.
Tras otra ronda de pits, Josef Newgarden, el bicampeón, tuvo problemas terminales y tuvo que retirarse. Pato O’Ward, con dificultades para sortear el tráfico y en los reinicios, se mantenía octavo.
La Parada Clave: Arrow McLaren Pone a Pato en la Pelea
Después de una carrera discreta para sus aspiraciones, en la vuelta 167, el equipo Arrow McLaren realizó una parada crucial. IndyCar Pato O’Ward salió sexto y, con movimientos audaces y casi suicidas, rebasó a De Francesco por dentro y luego a Rosenqvist por fuera. ¡El mexicano estaba cuarto, en la pelea por la victoria con Ericsson, Palou y Malukas! La gestión del combustible sería vital.
A 14 vueltas del final (vuelta 186), el español Alex Palou, con su característica frialdad y precisión, superó a Ericsson en la curva uno. A partir de ahí, se enfiló hacia un posible triunfo con un manejo impecable, congelando a sus rivales.